domingo, 20 de noviembre de 2011

AL POETA ANTONIO MACHADO, EN COLLIOURE

IV

        El mar y el cielo, ahí, se hacen laguna
de conjugada paz, melliza valva
que en su seno de nácar y de malva
guarda la adormidera de la luna.

        Mar, cielo, tierra empapa su beleño.
Mas tú, bajo tu losa, ¿duermes?, ¿velas?
¿Cala hasta las dolidas estretelas
de tu dolorido corazón el sueño?

        ¿No oyes los gallos? ¡Yérguete! La aurora
en graneado fuego enciende alertas,
del ancho mar al llano y la montaña.

        ¡De vigilar, el arma al brazo, es hora,
ahora que la esperanza abre sus puertas
a un nuevo sol en una nueva España!

                                                       París, Marzo 1945

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