domingo, 29 de enero de 2012

DEDICATORIA FINAL

                                                                             A mi hijo MIGUEL

           Como el “viva mi dueño” que a punta de navaja
dibuja el pastor, entre la flor y la paloma,
en la vara que el fuego enderezó en su doma,
escribo aquí tu nombre en que mi vida cuaja

           su amargo zumo en dulce fruto –fruto granado
de cuanto siendo niño, y mozo luego, y hombre
al fin –y en fin- me pudo faltar. Porque tu nombre,
Miguel, de mi morir al día me ha salvado.

           Morir al día, andar por andar, sin saber
siquiera si al abrirse con el amanecer
te dirá una vez más el mundo su “¡aleluya!”...

           -Pero había, en la sombra, tu presencia lejana:
tú, lucero en el ancho cielo de mi mañana,
y en mi mano la ardiente querencia de la tuya.

                                                       París, 9 Septiembre 1945

sábado, 28 de enero de 2012

PESCADOR DE ESTRELLAS

           “¡Poesía, memorial
inútil de cada día!...”,
mi juventud se plañía
ayer, sobre el manantial

           vuelto hoy río. En él estoy
pescando nubes y estrellas
para levantar con ellas
puentes, más allá del hoy,

           en cuyos altos pretiles
pueda, a la luz vesperal,
deletrear los perfiles

           con que traspone a poesía
mi vida su memorial
inútil de cada día.

                     

                               París, 8 Septiembre 1945

viernes, 27 de enero de 2012

HOJEANDO ESTE LIBRO

                   (Mientras la Radio inglesa da las últimas noticia
                   del avance aliado en Francia)


           Se le acaba la cuerda al libro ( el libro,
reloj callado de mis soledades),
mas hoy como en mis mocedades
en mi morir de cada día vibro,

           y es más honda y más firme, menos sola
la esperanza que guardo y que cultivo,
sensible al sol que nace, al aire vivo,
al grito que rebrinca de ola en ola,

           al calor de la mano que no veo,
del corazón que múltiple adivino
entre la sombra, grávida del día


           ancho y gozoso...Más que nunca, creo,
y mi pie siente el pulso del camino
que al alba nueva rectamente guía.

                                                París, 13 Junio 1944

jueves, 26 de enero de 2012

VEINTE AÑOS

           ¡Veinte años míos! ¡Cuánta petulancia
y cuánto –como cumple- andar a ciegas!
Santa compaña -¡ay, brétemas gallegas!-
y malas compañías -¡dulce Francia

           adivinada, mal deletreada,
como el texto cambiante de mí mismo!
Y a cada paso (“el cotidiano abismo,
dánosle hoy!”), el sueño en la estacada.

           ¡Veinteaños míos! Desde aquí os contemplo,
a vuestro tiempo y modo bien vividos,
pero por otro, no por mí –ni ejemplo

           gozoso, ni añoranza dolorida;
que el hervor que cantaba en vuestros nidos
era la vida, pero no mi vida.

                                          París, 29 Octubre 1942

miércoles, 25 de enero de 2012

VIENTO, AGUA, VOZ

           Primero, el viento tibio y dulce, tacto
blando, ungido de olor por la manzana
y la mejilla en fugaz roce, exacto
vaciado en el cristal de la mañana

           que vibra y tiembla y a cantar se pone
de pronto; así, en la barca de su juego,
alza su mano el niño al solar fuego,
por que su frente y su canción corone.

           ¡El viento –en prado y árbol, y  en el frío
lomo del agua, en fuente, arroyo y río,
del mar cambiante en la rodante anchura-,

           plural hervor, balbucear de coro
en que, súbita cifra, clara y pura,
la voz humana ahila su hilo de oro!

                                                París, 16 Octubre 1942

martes, 24 de enero de 2012

INVITACIÓN A LA DANZA

           ¡Danza! La rosa en mis manos reposa,
pero su tallo flexible no quiere
más que seguir el compás con que hiere,
ágil, tu pie la sonora baldosa.

           ¡Danza! La mano que empuña la lanza
o la que se abre a sembrar en el viento,
cada contrario, por tu movimiento
halla su piel de armonía en la danza.

           ¡Salta, en la alfombra de piel de pantera
que el sol y sombra de la primavera
para ti extiende en la arena dormida,

           ahora que en torno, cambiante y gozosa,
abre la flor de sus ojos la vida
mientras reposa en mis manos la rosa!

                                                      París, 18 Agosto 1942

lunes, 23 de enero de 2012

ESTÍO MEDIADO

           Seto apretado de estival riqueza,
la redondez al ojo y a la mano
ofrece en fruto y hojas el verano,
en que a dar plenamente el mundo empieza

           su profunda hermosura, acrisolada
en el vario volumen opulento
que opone formas de mujer al viento
en cada tramo, en cada fronda, en cada

           rodar de nubes grana hacia poniente,
cuando el silencio huele a la resina
que sudan del pinar las carnes rojas;

           ¡plenitud que el otoño, diligente
dorador de retablos, ya ilumina
del oro en paño de sus muertas hojas!

                                    París, 4 Agosto 1942

domingo, 22 de enero de 2012

SALVACIÓN POR EL OLVIDO

           Como un árbol plantado en la ribera,
sobre el fluir del río y de las horas,
recordar mío, deformado lloras
en este espejo que huye a la carrera,

           dócil al caprichoso mandamiento
de la luz, del terreno –mi presente,
cuyo curso cabalga como un puente,
a cada vuelta, el arrepentimiento,

           baldío como tú, cual tú impaciente
por recobrar lo que nació perdido:
fruto en la rama, o bien río en su fuente.

           Mas ¿quién guarda la vida bajo llave?
¡Hay que dejar que el agua del olvido
piadosamente sus despojos lave!

                                          París, 20 Agosto 1941

sábado, 21 de enero de 2012

POST TENEBRAE...

           Para decir la angustia que me roe la vida
con un tenaz morder de lima cotidiana,
¿dónde encontrar la exacta palabra, a la medida
del grito, del bostezo, de la árida desgana?

           ¡Mejor callar! El río del instante rodea
la isla de tu amargura en revuelta crecida.
Como un viento, el olvido la húmeda tierra  orea
después. Y en cada hora un mundo nuevo anida.

           Abre el crispado puño. Con implacable diente
castiga el labio a punto de romper en sollozos.
Védate, incluso a solas, la máscara doliente,

           y en la oscura congoja del alba incierta, siente
renacer la esperanza y el entusiamo mozos
alzando hacia el manyana los ojos y la frente.

                                                              París, 30 Junio 1941

viernes, 20 de enero de 2012

CONSEJO DEL CAMINANTE

           Cuando te veo, hermano, cerrar puertas y ventanas
al pregón errabundo con que te solicita
vanamente el instante –cuya voz, cuya cita
nunca se dan iguales dos veces-, siento ganas

           de gritar: ¡Desenciérrate, y si el lomo florido
de la oportunidad pasa a tu alcance, arranca
con mano pronta el crespo vellón, la rosa blanca,
el madurado fruto, el huevo azul del nido!

           Si no hay ni flor ni fruto, si es hiel, ortiga o flecha,
el mismo acatamiento reserva a la cosecha
a que el azar –el raudo, sabio azar- te convida.

           ¡Goza el momento, o súfrelo! No lo dejes baldío;
que en cada encrucijada del tiempo, hermano mío,
podemos morir todos de una bala perdida.

                                                             París, 1 Mayo 1941

jueves, 19 de enero de 2012

DESEMBARCO EN EL ALBA

           Solo, mas no tan solo que mi vida
en el temblor caliente de otro pecho
no apoye su querencia estremecida,

           piloto insomne en el bajel del lecho
me encuentra, mudo y pálido, al acecho,
la tierra firme de la amanecida.

           ¡Un nuevo día! ¡Un mundo nuevo! ¡Oh claro
campo abierto al pueril andar a tientas
del Adán redivivo –oh desamparo
de ojos veloces y pisadas lentas!

           Arrebatado grito... ¡No! (¡Este blando
dormir, al lado nuestro!...) ¡Calla, afina
el sentido! En la playa matutina
¿no oyes crecer la hierba? Está cantando...

                                                     París, 20 Septiembre 1940

miércoles, 18 de enero de 2012

QUAND MÊME!

                                                                   A mi amigo Marcel BATAILLON



           ¡Galopad, nubes, y cubrid el cielo,
matando azul estrella y solar brasa!
¡Avanza, viento y rueda, y brinca, y pasa,
huella y chafa los pastos contra el suelo!

           En un doble desierto paralelo,
la misma vida un mismo soplo arrasa:
igual rasero allana torre y casa,
y siega lirio y luna el mismo hielo.

           Mas cuando el alba con su mano roja
en el libro del tiempo la ancha hoja
del día muerto vuelva dulcemente,

           veréis temblar la estrella renacida,
ojos dichosos, y veréis la vida,
frágil tallo, surgir en el naciente.

                                          París, 28 Agosto 1940

martes, 17 de enero de 2012

EXHORTACIÓN A JANO

           Jano, crepuscular como yo mismo,
desfrunce el doble ceño que avizora
la contrapuesta linde en que la hora
salta, partida en dos, a un solo abismo.

           De tus dos caras, una, de fatiga
se duerme; la otra pudre ya... ¡Despierta!
Sé cuerpo vivo, da tu mitad muerta
a la amortajadora sombra amiga.

           O abrázate con ella humildemente,
comparte sus gusanos en la fosa
que le cava un destino indiferente.

           O siéntate a mi lado. ¡Espera, espera!...
Que odio y amor, la víbora y la rosa,
todo renace en cada primavera.

                                           París, 22 Junio 1940

lunes, 16 de enero de 2012

ROSA – LA ROSA

           ¡Cuajada realidad, no sombra vana
que en los espejos del soñar anida,
en términos de espacio definida
como la nube o como la manzana,

           nada –si no es la rosa de mañana
cuando abra su botón, de amanecida-
más hermoso que tú, rosa nacida
con la primera luz en mi ventana!

           Pues cuanto goce equilibrado encierra
el necesario juego repetido
del vivir, en tu gracia se resume,

           como el cielo y el mar, como la tierra
perdida y recobrada en el olvido,
recobrada y perdida en tu perfume.

                                               París, 25 Abril 1940

domingo, 15 de enero de 2012

UMBRAL DEL DESPERTAR

           La media luz despliega su baraja
de equívocos fantasmas. Flota en lento
replegarse la noche, el aposento
abandonando en su marea baja.

           El alba hiere a punta de navaja
el terso y blando boj del pensamiento,
y al revolverse el cuerpo soñoliento
da a la sábana pliegues de mortaja.

           ¡Oh Lázaro, en su paz, como en oscura
matriz, sobre sí mismo enovillado,
la valuntad y la conciencia inertes!...

           Mas he aquí el sol, partero de aventura...
Del sueño en los macizos emboscado,
llorando está el recuerdo vagas muertes.

                                                      París, 4 Junio 1940

sábado, 14 de enero de 2012

LA GUARDIA CONTRARIA

                                   Ángel de mi Guarda,
      dulce compañía,
      no me dejes solo
             ni de noche ni de día.


                                        Jaculatoria infantil



           ¡Mi diablo de la guarda, tus fantoches
ya no tienen poder sobre mi sueño:
vuelvo a dormir igual que de pequeño,
cuando eran puras ante Dios mis noches!

           Por el día soy tuyo todavía.
El ángel bueno, al paño, hace que llora.
¡ Y eres tú el engañado! Él no lo ignora,
y me recobra cuando muere el día.

           Él abole el pecado en mis nocturnas
horas, y al desamparo de mi pecho
una encendida desnudez abraza,

           mientras derrama del amor las urnas
su mano sobre el barro que en el lecho
contra tus malos tiros acoraza.

                                              París, 1 Abril 1940

viernes, 13 de enero de 2012

DÍA DE RESURRECCIÓN

           ¡Mañana azul del Sábado de Gloria!
Pájaros y campanas, por el cielo,
desatan en los giros de su vuelo
una misma oleda migratoria.

           El niño Sol, desnudo y sin historia,
rompe con pie gozoso el postrer hielo
de la noche invernal, y canta en celo
la esperanza, perdida la memoria.

           Nacientes alas de verdor despliega
la primavera sobre campo y monte,
su quilla de cristal la mar navega.

           Todo él promesa, se me ofrece el mundo,
y arde en la tentación del horizonte
mi absorto corazón meditabundo.

                                          París, Hospital Lariboisière
                                                  22 Marzo 1940

jueves, 12 de enero de 2012

JACULATORIA DE AMANECIDA

           Riqueza inagotable del minuto,
burbuja viva de lo eterno, dame
de tu luz una gota que me inflame
alma y sentidos; el carnoso fruto

           de la creación entrega a la golosa
avidez de la palma y de la encía,
y a los ojos la adánica alegría
de inventar la mujer, el mar, la rosa.

           Dilata a los confines de lo humano
las posibilidades de mi estrella
en el juego de azar del universo,

           y, antes de huir a mi tendida mano,
deje calcada su florida huella
tu pie en el barro tibio de mi verso.


                                              22 Marzo 1940
                                       París, Hospital Lariboisière

miércoles, 11 de enero de 2012

ACCIÓN DE GRACIAS

           Voy aprendiendo a agradecerte, vida,
cuanto me das: rebojo de pan duro,
caricia, sinsabor, el goce puro
del aire fresco de la amanecida,

           o el sueño, en cuya tabla rasa anida
tu verdad desdoblada –así en el muro
nerviosa lagartija entre el oscuro
bronce de hiedra por el sol bruñido.

           Gracias, de bien y mal dispensadora;
que esta vaga vedija de humo humano
si adquiere consistencia es en tu trama.

           ¡Gracias! diré cuando, llegada mi hora,
vaya a la muerte, a un signo de tu mano,
cual niño dócil que se va a la cama.

                                        París, Hospital Lariboisière,
                                                  20 Marzo 1940

martes, 10 de enero de 2012

VIENDO LLEGAR LA PRIMAVERA DESDE UNAVENTANA DE HOSPITAL

           Ya en los árboles pugna el primer brote
por hallar, ciego, hacia la luz camino,
y quiere el corazón pagar su escote
al  nácar gris del cielo parisino,

           al tiempo nuevo que entre lluvia asoma
por el fondo del parque, al esperado
milagro que en su vuelo de paloma
riza plumas de sol sobre el tejado.

           ¡Ah, sí! llenar de esta luz tierna quiero
mis ojos, como de agua fresca el vaso
colma en la fuente, al alba, el viajero

           perdido, que no sabe si a su paso
encontrará otra fuente en el sendero,
ni si ese amanecer será su ocaso.

                                         París, Hospital Lariboisière,
                                                  13 Marzo 1940

lunes, 9 de enero de 2012

RECUERDO DE INFANCIA

           La madre inventa y cose. El niño escucha
-ojos de asombro, cavillosa frente-
promesas que le arrancan al presente
(poco dinero, fantasía mucha)...

           ¡La cabeza de toro, de trenzados
mimbres, los cuernos como dos navajas,
roja muleta, banderillas majas,
y el auto, el tren, la caja de soldados!

           “Te he de comprar”... ¿Qué importa si es mentira
el espejismo que entre sueños gira
su mecánica bienaventuranza?

           Sobre el hombro del niño, un ángel sueña,
a su vez, en silencio. Y él le enseña,
para siempre, a esperar sin esperanza.

                                                   París, 24 Febrero 1940

domingo, 8 de enero de 2012

CLARO DE LUNA

           Segando las estrellas una a una
para que el viento Sur no se las lleve
cuando a decir su nombre Dios se atreve,
he aquí tu reflector, claro de luna.

           Todo vuelve en su giro... Hasta los muertos
-cuerpos de amor ayer, hoy cal y olvido-,
un lienzo de Verónica prendido
en las manos, los labios entreabiertos...

           Todo vuelve... Hasta aquella primavera
en que temblé de amor por vez primera,
ardiendo el labio en el balcón de sombra.

           ¿Todo? Sí el vuelo, no el calor del ala.
¿Todo? No el sol: ¡la luna que resbala,
fantasma ambiguo, por la oscura alfombra!

                                      París, Noche-Vieja de 1939

sábado, 7 de enero de 2012

OYENDO CRECER LA HIERBA

Entramos, con muchos años de retraso, en la cuarta parte de Morir al día: nos esperan 22 sonetos encabezados por la autocita de un poema fechado en Madrid en marzo de 1928, uno de los Sonetos a Sibila, el XXII, que nunca llegué a publicar en su momento:

Mientras la soledad nos polariza
crüelmente –a la izquierda, a la derecha-,
el desfile en que el tiempo ordena y riza
bajo nuestros suspiros su cosecha,

siempre hay un intervalo favorable
para dar cuerda al aristón celeste
y mover al compás de su bailable
la húmeda voz del viento noroeste

que apoya en tu regazo, en mi entrecejo
su soplo gris de vacilante tacto,
surcando de sollozos el espejo,

de cuyas algas en el centro exacto,
cogidas de las manos como en danza,
bucean tu esperanza y mi esperanza.

Ya en el poema “Propósito” (del capítulo “Refugiado en París”, fechado en París 21 de octubre de 1944, publicado en este blog el 21 de diciembre pasado), como en tantos otros textos de toda mi producción, quise plantar esa semilla de esperanza, ese brote verde entre tanta razones para la desesperanza, verdadera poética vital que me ha llevado siempre a escribir desde el compromiso con el optimismo ontológico.

Entre el esfuerzo confïado
y el amargor del desaliento,
sé como la hierba en el prado:

         el pie la chafa, el sol la tuesta,
y ella, cantando, alza en el viento
su voluntad de ser enhiesta.

Los sonetos que siguen están fechados entre octubre de 1939 y septiembre de 1945: seis años intentado oír crecer la hierba entre tanto estruendo aniquilador y enajenante, lejos de los prados de mi tierra, pero siempre cerca de los prados de la Tierra y de los hombres y las mujeres que la habitan.




ESTAMPA DE ALMANAQUE CON UN SANTO AL FONDO

          A José María Giner Pantoja,
               en nuestra guardilla parisiense
 de la Junta de Cultura Española.

           Temblón, rico de tonos, pobre de hoja,
en el aliento amoratado y frío
que el crepúsculo cuelga sobre el río,
el paisaje de otoño se despoja,

           como una pecadora penitente,
de la postrera pompa de sus galas
con tal ardor, que un remolino de alas
angélicas estalla en el poniente.

           ¡Coros del ocre y sepia y perla y rosa,
centrando cuya voz y movimiento
Martín de Tours a la jineta posa!

           El santo se arrebuja en media capa,
y, por premiar su caridad, el viento
le prende una hoja seca en la solapa.

                                    París, 29 Octubre 1939