sábado, 10 de diciembre de 2011

OTOÑO

           Este delgado vaho tardecino
en que diluye otoño la apariencia
de toda cosa, sabe al mismo vino
cuyo alcohol embriagó mi adolescencia.

           Su languidez febril se abre camino,
por los sentidos, hasta la conciencia,
y bajo los luceros del destino
desanda largos rumbos de experiencia.

           Por revueltas oscuras me retrae
al que fui mozo, al mundo en torno mío
vibrante, encabritado de alegría

           -hasta la estrella cuyo llanto cae
sobre la fuente de este turbio río
que hacia el mar rueda su melancolía.

                                       París, 13 Octubre 1941

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