lunes, 19 de diciembre de 2011

AL RUISEÑOR DE LOS JARDINCILLOS DE SAN PABLO, EN LA PLAZA COLÓN DE SALAMANCA

           Cuando en la sombra con mis sombras hablo,
hasta el lecho en que limo mi cadena
me trae tu gorjear la luna llena,
ruiseñor en la plaza de San Pablo;

           tu trino en que solloza y se adelgaza
un surtidor de polvo diamantino...
(¿Vuelve a fluir la fuente del destino
dormida entre los mirtos de tu plaza?)

           Tu apasionada música despierta
un viejo sueño mozo que recorre,
terco, rúas desiertas y sonoras.

           ¡Ay, ruiseñor de mi juventud muerta,
tu voz, que ahoga, en la señera torre,
el lento desangrarse de las horas!

                                             París, 29 Junio 1942

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