sábado, 29 de octubre de 2011

SOLO Y A SOLAS

        ¡Qué triste ver morirse lo que un día
raíz y flor fue a un tiempo, fue motivo
de nuestra vida, y fue venero vivo
de que manaba, clara, la alegría!

        Aquel alma carnal en cuyo goce
mis noches se volvían jubilosa
alba sin fin, su hostilidad de cosa
opone, impenetrable, a beso y roce...

        ¡Atroz volver en mí -sin ti! De vuelta
de tu embriaguez, amor, ¡qué amargo y frío
despertar- sólo, irremediablemente

        sólo, deshecho en la sangría suelta
de mi vida que baja como un río
a perderse -¿en qué mar?- desde su fuente!

                                                       París, 8 Agosto 1944

1 comentario: