viernes, 7 de octubre de 2011

ESPERÁNDOTE

        ¡Mi calle con sus tilos! Ella sabe,
de lejos, cada tarde, cuando vienes.
Sus árboles en flor, como mis sienes
vibran con un temblor de pecho de ave.

        Su olor, ¿lo traes tú, o es tu presencia
la que aviva los ecos de fragancia
en cada piedra puestos por esencia
de eterna adolescencia de tu Francia?

        Mi calle, y tu ciudad... Todo trasciende
un buen aroma de gustosa vida,
de secreta alegría perdurable.

        Eres tú. Llegas. ¡Tú! La noche enciende
su lucero más puro. Ven, olvida
todo en la intimidad de lo inefable.

                                                       París, 1 Julio 1942

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