jueves, 27 de octubre de 2011

DIÁLOGO HOMÉRICO

PENÉLOPE

I

        Penélope, Odiseo está soñando,
y un río gira bajo su mirada
que ha vuelto a hallar (¿por dónde, o cómo, o cuándo?)
tu domesticidad abandonada.

        Vaga en la soledad su pensamiento
como un perro del amo tras las huellas,
y, entre los claros de su insomnio, el viento
hace temblar tu nombre y la estrellas.

        Sus pies rendidos, su mirar gastado
-¡tanto que andar, tanto que ver encierra
la inagotable vastedad del mundo!-,

        su inquieto corazón... ¡todo clavado
sobre tu sombra, que dibuja en tierra
el vuelo estremecido de un segundo!


                                               París, 8 Enero 1944



                                                                                  Habla Odiseo:

II

        Penélope que aguardas en la casa,
tejiendo con vedijas del pasado,
la trémula luz de tu cuidado,
del porvenir la imponderable gasa:

        si no en espacio, en tiempo peregrino
-en picadero, así, potro domado-,
con el hambre y la sed de mi camino
¡en cuántos otros cuerpos te he gozado!

        ¿Tendré algún día el tuyo? La votiva
llama que arde en el pliegue de tu ceño
¿me volverá en tus brazos brasa viva?...

        Sólo sé, veladora de mi nido,
que en mi larga tormenta de mal sueño
flota, sola, tu paz sobre el olvido.

                                                 París, 8 Enero 1944

PENÉLOPE

III

                            Es Penélope, ahora, la que habla:

        Pasan los años y, bajo mis dedos,
pasa en pintadas hebras el estambre
cuyo tejerse puebla a pasos quedos
el innúmero espectro de mi hambre.

        Hambre de ti, que mi recuerdo aviva,
de soledad y espera fustigada,
mientras, inútil lámpara votiva,
me quemo en el umbral de la alborada.

        Con febril mano la dïaria urdimbre
en la sombra deshago. Amanecida.
Revivo, espero -¿es de tu voz el timbre?,

        ¿tu voz, o el viento entre las espadañas?-
mientras frente al telar, cual de una herida,
te voy sacando a luz de mis entrañas.

                                         París, 2 Noviembre 1944

1 comentario:

  1. No deja de ser sorprendente que cada parte quede separada por el salto cronológico. Seguro que en ese año más de una Penélope hubiese querido hablar con su Ulises y viceversa.

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