Ahora que todo, hasta lo más cercano,
se me baraja en acezar de viaje,
te vas quedando atrás como un paisaje
sobre el que hace flotar su adiós mi mano.
Golondrina engarzada en mi verano,
rayo de sol prendido en mi celaje,
lámpara de mis noches, companaje
y sazón de mi ensueño cotidiano:
tú reflorecerás en mi recuerdo
un día, sí... Mas ¿dónde éste que pierdo
en el adiós, tan desgarrado en cisma
de pasado y futuro, que al besarte,
el cuerpo aquí y el ansia en otra parte,
ya te está siendo infiel contigo misma?
París, 27 Febrero 1940
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