Eres como la rosa
de Alejandría,
colorada de noche,
blanca de día.
(Canción popular)
Colorada de noche, ascua de besos,
de frío marfil mate por el día,
y día y noche, aunque no quieras, mía
más que el tuétano mismo de mis huesos,
no me dejes de día ni de noche,
rosa amorosa, rosa sensitiva,
y al collar de mis horas, como él viva,
da el granate o la perla de tu broche.
Flor en flor de mis horas, como ellas
cambiante, como el hilo de la suerte
que danza en el telar de las estrellas,
mudar puedes color: ¡lo que no muda
es este ardor que aprieta hasta la myerte
tu desnudez contra mi piel desnuda!
París, 1 Febrero 1940
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