lunes, 26 de septiembre de 2011

DESPERTAR

        Dormido, no: dormido, de una en una
salen alternativamente a escena
-oscuros ojos, carnes de azucena,
o rubio nácar, desnudez de luna-,

        para resucitar mágicamente
en una actualidad eterna, pura,
horas de mocedad, la calentura
de un gran amor, el ansia adolescente...

        Mas cuando al despertar, de amanecida,
descubro una vez más, perla del lecho,
tu cuerpo que el presente me resume,

        cuantas quise y me amaron en la vida,
refundidas en ti, contra mi pecho
como una sola flor dan su perfume.


                                                   París, 12 Febrero 1941

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