¿Quién va a dormir, sin ti y con esta fría
noche de alarma cuya lenta noria
sube a la sobrehaz de la memoria
un turbio poso de melancolía?
Visera del insomnio, el duro ceño,
que no vendrà a desarrugar tu mano,
el nocturno desierto explora en vano,
zahorí del hondo manantial del sueño.
¡Frescor sumido en arenales secos
que el pie llagado del recuerdo pisa,
vendimiador de amortecidos ecos!
...Mas ¿dónde, amor, tu voz?, ¿dónde el gemido
en que era -¡oh cuerpo y alma sin camisa!-
mi nombre un loco pájaro perdido?
Paris, 12 Septiembre 1939
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