miércoles, 28 de septiembre de 2011

HASTA QUE LA HORA SUENE...

     Mientras del hoy ciego
dura la alegría,
calla, hasta que el día
negro llegue. Luego,

     no me digas nada:
deja que adivine,
que la frente incline
bajo tu mirada.

     Ahogue tu mano
en mi boca el vano
grito, en la llama abierto.

     Y escapa después,
antes que a tus pies
ruede como muerto.


                               París, 1 Abril 1941

1 comentario:

  1. Que difícil encajar el Adios!
    mejor estar ciego que sufrir?
    qui lo sa.
    Saludos

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