sábado, 24 de septiembre de 2011

MEMORIA DE UNA MEMORIA

A mi querido hijo, doctor en memoria, Miguel Quiroga de Unamuno, que habita en el mismo limbo que yo desde hace ya once años. "Hoy es siempre todavía", poetizó nuestro maestro Antonio Machado: en ese "todavía" seguimos viviendo, aunque desde las vidas de quines nos viven.


Doctor Miguel Quiroga de Unamuno (1929-2000)

TODAVÍA

        Tanto se lleva de mi vida el viento,
que apenas si le queda ya a mi vida
más que la amarga boca de la herida
por donde se hace voz mi desaliento.

        Como en febril delirio de avariento
o en cruda lucidez de suïcida,
en apretado enjambre, en vasta huida
írseme todo de las manos siento.

        ¿El fin? No, todavía: en torno mío
aún queda mucha soledad; aún queda
mucho campo al avance de su frío,

        y aún queda del ayer la última brasa
de este amor, ¡oh tiempo!, que tu rueda
clava entre los escombros de mi casa.

                                                       París, 20 Mayo 1940


ANIVERSARIO EN LA SEPARACIÓN


Con la misma humildad con que Dios, hecho el mundo,
ya irreparable, halló y falló que era bueno,
miro este corazón dorado, con su llave
-hoy un símbolo; ayer, presea de tu pecho-,

pensando en ti, lejana... ¡Más lejana hace un año,
cuando mi voluntad de amor te puso cerco!
Juego de amor y astucia, mano a mano, en pareja,
¡Qué angustia, hoy, en la “tierra de nadie” de los sueños!

¡Mas no! Entre la cambiante presencia de hace un año
y la mutua y dolida ausencia de hoy, ¿no hemos
trabajado la arcilla mejor de nuestras horas?
Nuestra verdad profunda tomó en su barro cuerpo.

     Si nunca más tú y yo volvemos a encontrarnos...
Nuestro corazón vela al pie del monumento.


                                                                París, 17 Junio 1940

1 comentario:

  1. Un recuerdo muy fresco acude a mí ahora desde tu restauración de la memoria, una vez más. Miguel Quiroga llegó a ser amigo, gracias a tu semilla, José María: sembraste esperanza en los hombres, a pesar de algunos hombres, y, a redrotiempo, tu hijo impuso al olvido tu vindicación. Yo he pretendido, instado por su ilusión, reivindicar tu aportación a la cultura y a la humanidad. Ahora que Miguel está a tu mismo nivel de existencia, huérfanos de ambos, seguimos disfrutando de vosotros con lo que queremos que de vosotros quede.

    ResponderEliminar