domingo, 1 de enero de 2012

LA DESNUDEZ Y EL SILENCIO

           ¡Éxodos! Por cien caminos diferentes, ¿quién me llora
como una noche estrellada la cara que no me ve,
la frase aquella, paisaje cordial parado en la hora
y en la luz a que el recuerdo torna vanamente a pie?

           Vida corriente que se abre de brazos, tiempo a traviesa...
¡Sigue adelante, adelante! No hay que volver la vista atrás.
Con su lengua, cada orilla te desnuda de tu espesa
tierra original. Avanza, desnúdate un poco más

           del que fuiste en tantos ojos, en tantos brazos, en tantos
corazones –amorosos o enemigos- al pasar,
ungido de risa y besos, calado de luz de llantos,

            siempre huyendo –sin saberlo del todo- hacia la alta mar
en que por fin, tan desnudo como un cuchillo gastado,
te entierre el hondo silencio, lentamente, en su costado.

                                                    París, 10 Marzo 1945

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