miércoles, 11 de enero de 2012

ACCIÓN DE GRACIAS

           Voy aprendiendo a agradecerte, vida,
cuanto me das: rebojo de pan duro,
caricia, sinsabor, el goce puro
del aire fresco de la amanecida,

           o el sueño, en cuya tabla rasa anida
tu verdad desdoblada –así en el muro
nerviosa lagartija entre el oscuro
bronce de hiedra por el sol bruñido.

           Gracias, de bien y mal dispensadora;
que esta vaga vedija de humo humano
si adquiere consistencia es en tu trama.

           ¡Gracias! diré cuando, llegada mi hora,
vaya a la muerte, a un signo de tu mano,
cual niño dócil que se va a la cama.

                                        París, Hospital Lariboisière,
                                                  20 Marzo 1940

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