Solo, mas no tan solo que mi vida
en el temblor caliente de otro pecho
no apoye su querencia estremecida,
piloto insomne en el bajel del lecho
me encuentra, mudo y pálido, al acecho,
la tierra firme de la amanecida.
¡Un nuevo día! ¡Un mundo nuevo! ¡Oh claro
campo abierto al pueril andar a tientas
del Adán redivivo –oh desamparo
de ojos veloces y pisadas lentas!
Arrebatado grito... ¡No! (¡Este blando
dormir, al lado nuestro!...) ¡Calla, afina
el sentido! En la playa matutina
¿no oyes crecer la hierba? Está cantando...
París, 20 Septiembre 1940
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