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POR los acuarios del alma
me puse a buscar sirenas,
y sólo saqué en la palma
de la mano algas y arena,
el molde de una caricia
soñada sobre un soñado
hombro desnudo, escorzado
en tentación de delicia…
Pero en balde. Que a mi lado,
en pecho, en vientre, en jugosa
sonrisa, en beso apretado,
se ofrece, en su mejor rosa,
la realidad, no inventado
secreto de cada cosa.
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