martes, 27 de septiembre de 2011

A MI AMIGA, CON LAS PRIMERAS ROSAS DEL AÑO

        Por encima del hombro sonrosado
que Abril apoya en la entornada puerta,
Marzo, al partir, dispara a la aún no abierta
recién nacida rosa un  soplo helado.

        Tiembla el tierno botón como en tus pechos
sus mellizos hermanos que despierta
brusca febril caricia. Abril, alerta,
le da abrigo de juncias y de helechos.

        Entre el fresco verdor, la maravilla
frágil se abre, escarchada de rocío,
virginal boca de la primavera.

        Al toque de tu mano y tu mejilla
encontrará, como el corazón mío,
el calor de la vida verdadera.

                                           París, 30 Marzo 1941

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