II
Mientras el viento da en la chimenea
de mi aposento de emigrado hispano
su largo grito, estoy soñando, hermano,
con el mar que las playas cañonea
de tu tierra asturiana, con la aldea
y la casona sobre el altozano,
entre el Sueve y el mar, con tu hortelano
clavel del aire que el ocaso airea.
Y contigo y tu vida, y cuanto brota
en ella, en torno de ella, cada día,
y la honda hiel de la esperanza rota,
y el sueño mozo, gris de desaliento
cuando, entre brumas de melancolía,
del destierro mi voz te lleva el viento.
París, 2 Enero 1941
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