III
¡Hasta los muertos morirán un día!
UNAMUNO
Empiezan a morírseme mis muertos,
mi Don Miguel, y a hacerse pavoroso
este embalsarse de aguas, su reposo
bajo mis ojos al vacío abiertos.
¡Se me muere el pasado! Con él siento
morirse la raíz de mi futuro,
y es una sombra apenas sobre el muro
de la vida el que soy en el momento.
Un puñado de polvo la añoranza
deja en mi corazón, y el ansia deja
desierta, tras su fuga, la esperanza.
¿Qué va a quedarle a esta cansada y vieja
hambre de más vivir, que en vano lanza
hacia el mañana y el ayer su queja?
París, 10 Junio 1942
El olvido es la muerte de los muertos.
ResponderEliminar