J’ai cueilli ce brin de bruyère
L’automne est morte souviens-t’en
Nous ne nous verons plus sur terre
Odeur du temps brin de bruyère
Et souviens-toi que je t’attends...
Testigo –medio vivo, medio muerto-
del adiós sin más ver, de la añoranza
que aún alumbra su cirio a la esperanza
reparadora, este sombrío huerto
del recuerdo, respalda cada paso
de mi vagar desalentado, y tiende
frescor a punto o, bienhechor, enciende
melancólica estrella en el ocaso.
Cuanto dio ayer a mi vivir sentido
hasta gastarse y desaparecer,
cuanto hoy seguro cebo es del mañana,
guarda su árbol aquí, tiene su nido:
sombra viril o nombre de mujer,
filial ausencia, ausente voz hermana.
París, 20 Agosto 1941
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